Montaña, naturaleza y libertad: Mesa de los Tres Reyes

Tras las dos duras jornadas del Bachimala y el Posets, el lunes día 18 de agosto partimos del valle de Gistaín. Nuestra intención era ir al valle de Pineta para hacer otras dos rutas: Astazous y Monte Perdido desde el lago de Marboré. Pero daban fuertes tormentas en la zona. Así que decicdimos partir hacia la zona de los valles de Ansó y Echo. Por tanto el día 18 fue de viaje (por cierto paramos en Ansó para comprar y pillamos allí la mojá del siglo, una tormenta de 15 minutos los cuales los aprovechamos a tope, ya que justo al llegar al coche dejó de diluviar. Esa noche dormimos en el albergue que hay en el camping de Zuriza. El día 19 (martes) dimos un paseo por aquel maravilloso paisaje que es la zona de Zuriza hacia el Achar de Alano, hasta la base de las paredes calizas que allí se encuentran regresando tranquilamente disfrutando por los bosques y el valle de la zona. Tras el merecido y más que necesario descanso volvimos a la faena con la subida a la Mesa de los Tres Reyes, más en concreto el Pico de los Tres Reyes, ya que la mencionada Mesa queda unos metros al este de la arista y que por culpa de la espesa niebla que hacía en la cima no llegamos a visitar

El punto de partida hacia el techo de Navarra es el paraje conocido como Plano de la Casa donde se encuentra el refugio de Linza (conocida zona de esquí nórdico) al que se accede desde la carrtera que parte del camping de Zuriza

Desde el primer momento avanzamos por una senda herbosa, que aunque presenta un cierto desnivel es muy cómoda

Llegamos a una amplia llanura herbosa por donde cruzamos un arroyo que forma el barranco de Linza

Después llegamos a un terreno más rocoso superando por zonas cómodas algún que otro graderío

Así alcanzamos de nuevo por zona herbosa el collado de Linza (1935 m). Desde este punto además de la ruta que seguimos hoy, parte también la variante que sube al Petrechema (2377 m)

Desde el collado tomamos dirección Norte perdiendo algo de altura por un camino bastante trillado lo que denota lo frecuentado de esta montaña

Una mirada atrás hacia el collado por el que hemos pasado poco antes

Los lirios dejan en algunas zonas suelos alfombrados de un precioso color morado

Tras dejar a la derecha la Hoya de la Solana (extensa dolina propia de estos lares kársticos) y una pequeña cabaña metálica llegamos a un cruce de caminos, donde queda claro hacia donde dirigirnos

Inmediatamente ascendemos y superamos un áspero lapiaz. Es en estos tramos donde una espesa niebla nos puede meter en un verdadero problema. Por suerte ésta no es muy densa y se distinguen perfectamente los hitos

Salimos de este laberinto rocoso para volver a terreno herboso durante unos metros

De nuevo por terreno rocoso, el cual no abandonaremos hasta la cumbre, incluso atravesaremos algún que otro neverillo

En la parte final el terreno se vuelve más empinado y abrupto antes de llegar a un collado

Tras salir al collado por la que discurre la arista que une la Mesa de los Tres Reyes con el Budoguía, flanqueamos el primero por su vertiente sur hasta dar con una canal que permite atacarlo fácilmente sin apenas tener que utilizar las manos

En la cumbre encontramos la figura del patrón de Navarra San Francisco Javier

Y la maqueta del castillo de Javier

Junto a ellas nos fotografíamos en la cumbre (2444 m). Paramos allí poco tiempo, el justo para tomar unos pistachillos y agua. Entre otras cosas hace bastante fresco, la visibilidad es nula y no nos permite disfrutar del entorno y empieza a llegar bastante gente a la cumbre y no hay mucho espacio

Descendemos con cuidado de nuevo al collado y poco después atravesamos el pequeño nevero que encontramos en la subida

Salimos al camino herboso que había junto al lapiaz. Antes de volver a atravesar la zona kárstica paramos a comer algo más, ya que con los pistachos solo uno no es que se sienta muy satisfecho. Así que un poquito vino de la tierra en la bota que llevábamos y un poco de chacina para acompañar

La niebla parece levantarse y deja entrever algo el paisaje de la zona

El esplendor del verde nos llena y gratifica. En nuestra tierra estamos muy poco acostumbrados a estos colores en época veraniega

Alcanzando de nuevo el collado de Linza en el regreso

Vistas grandiosas hacia la zona de Linza y los bosques del fondo del valle

Cabaña de Linza, situada en un envidiable lugar

En los praderíos junto al arroyo del barranco de Linza

Cabecera del barranco de Petrochema. Al fondo entre brumas el puerto de Ansó

Paseamos maravillados con el paisaje con el Txamantxoia (1945 m) de testigo

Una pequeña cabaña se esconde abrumada por la esplendorosa vegetación

Y tras seis horitas de marcha con sus descansos incluidos y 1250 metros de desnivel llegamos al parking del Plano de la Casa verdaderamente satisfechos sobre todo por la belleza del entorno, y eso que la niebla nos privó de otros espectaculares paisajes