Partimos del Cortijo del Molinillo, donde dejamos los coches y al que hemos accedido desde la pista que arranca de la carretera A-326 justo entre el Camping de La Bolera y la carretera de servicio al embalse del mismo nombre
Al inicio los paneles informativos nos indican que por allí transitan el reciente GR-247 conocido como "Bosques del Sur" y el acceso a la ruta de la "Senda de Los Pescadores"
En este paraje son abundantes las cornicabras algunas de ellas de porte arbóreo, testigos de la existencia de un antiguo bosque de encinas y quejigos ya desaparecido
Pronto alcanzamos las colas del embalse ya próximos a su cabecera
Vadeamos el Guadalentín por el puente de La Cerrada de la Herradura
Una cabra doméstica está muy pendiente de nuestros pasos
A medida que avanzamos y ascendemos suavemente dejamos atrás el embalse
Nos internamos en el bosque, donde el GR-247 transita por la añeja Cañada del Mesto
Alcanzamos un primer cortijo en ruinas y su eral, lo que es una constante en este principio de recorrido. En este caso se trata de las ruinas del Cortijo de la Herradura
Ya desde esa zona alcanzamos vistas a las máximas elevaciones de la Sierra del Pozo, y entre ellas el Cabañas, nuestro objetivo para el día siguiente
Llegamos a un nuevo cortijo en ruinas, que se conoce como el de Los Tontos, en el que aún se conserva bastante bien su horno
Seguimos por el camino de la Cañada del Mesto, pero poco después hay que estar atento y abandonarla por un senda difusa, marcada con puntos rojos, que nos adentra en el bosque y por donde se supera el Tajo de la Rajona
Mediante lazadas vamos superando los resaltes calizos
Alcanzada la parte alta de los tajos vamos caminando por el filo y disfrutando de los paisajes que se abren a nuestros pies
Y ante las vistas decidimos parar, recuperar y seguir embelesados
Abajo cortijos en ruinas en la zona del Poyo del Raso y Puntal de Ana María
Ahora avanzamos por una amplia meseta; si echamos vistas atrás, se distingue el embalase y destacando la montaña del Jabalcón (1494 m.) y la Hoya de Baza
Poco después del final de esta explanada llegamos a la caseta de La Sabinilla, un buen lugar para la vigilancia forestal
A partir de aquí se enlaza con un camino que poco después pasa junto a unas antenas de repetición; algunos por contra decidimos continuar por el filo de los tajos para deleitarnos con las vistas
Este pino crece en mitad del tajo
Poco más adelante volvemos a ir todos juntos por el camino
Estamos próximos al Tranco del Lobo; abandonamos el camino y nos adentramos por una pequeña vaguada del bosque hasta salir ya a zona más despejada
Antes de alcanzar el punto culminante paramos a comer en un lugar protegido con sombra desde donde observamos el entorno
En el otero del Tranco del Lobo (1750 m)
Somos unos privilegiados rodeados de este entorno y con las magníficas vistas que tenemos
Descubrimos que la tan famosa repisa está bajo nuestros pies en ese espectacular cortado
Mientras algunos se encuentran aún en la zona alta, otros no pueden esperar más y se aproximan a la deseada repisa
Y una vez en ella cada uno quiere su instantánea
Pero tras doblar el cortado aún nos topamos con una sorpresa más
La Cueva de los Arcos
El nombre lo indica todo
Volvemos sobre nuestros pasos para salir de la repisa
La vuelta la hacemos por otro sitio, vamos a atravesar el paraje de Los Torcales del Lobo
Explanada del Ultimo Maqui con su tajo
Un panel informativo nos relata su triste final
Desde allí como en la práctica totalidad de la ruta, las vistas vuelven a ser magníficas
De vuelta iremos tanto por camino como por terreno con senda difusa
Alcanzamos así la pista por la que vinimos a la ida
Grandioso ejemplar de pino (en la Sierra de Cazorla hay catalogados varias decenas de árboles monumentales)
Preciosa vista, con la Peña de Quesada, el Jabalcón y la Sierra de Baza, uno tras otro
Alcanzando de nuevo la caseta de La Sabinilla
Ahora tenemos que ganar el valle y la Cañada del Mesto, pero en vez de hacerlo por donde subimos, un poco antes nos desviamos y lo hacemos por el Tajo de la Marcolla
A mitad del descenso nos llama la atención una nueva repisa y nos dirigimos a ella como locos
Y poco después otro gran ejemplar de pino laricio autóctono de esta sierra
Ya abajo junto al nuevo cortijo del Raso del Peral
Conectamos así de nuevo con el camino que discurre por la Cañada del Mesto y poco más adelante volvemos a transitar por camino ya conocido a la altura de los cortijos en ruinas del principio de la ruta, volviendo cómodamente al lugar de inicio de la ruta
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