Caminamos por el sendero más conocido de las Sierra Subbéticas, visitando lugares como el Poldje de la Nava, las Correras y el Río Bailón. Los arroyos, gracias a las abundantes lluvia iban vigorosos. Hizo un día muy soleado, con elevada temperatura. El sendero estaba concurridísimo por la gran afluencia de particulares y grupos de senderismo.
En esta zona norte de las Sierra Subbéticas es en donde las formas más sobresalientes del paisaje kárstico se muestran con más claridad. Así para acceder al punto de inicio debemos tomar la carretera que sube a la Ermita de la Virgen de la Sierra en la misma cumbre del Picacho de Cabra (1216 metros) y que atraviesa el "Lapiaz de los Lanchares", que se caracteriza por crestas cortantes y pasadizos laberínticos. Y durante todo el recorrido las formaciones kársticas serán las protagonistas.
Comenzamos en la pista que da acceso a la Nava de Cabra, dejando el Picacho de Cabra a nuestras espaldas
La gran llanura por la que transitamos es conocida geológicamente hablando como "Poldje de la Nava"y que consiste en una depresión llana y cerrada de contorno irregular, un elemento del paisaje kárstico formado a partir de una zona hundida en la montaña
Se trata de una zona donde la agricultura y sobre todo la ganadería tiene importante presencia
Bonito bosque de quejigos
El "Río Bailón", que recibe el nombre por los zig-zag que traza en su recorrido, tiene su nacimiento en la misma Nava. La gran cantidad de lluvia de agua caída durante el mes de marzo ayuda a mostrarlo esplendoroso, y las florecillas a su vez le visten con un llamativo tapiz
Y es que con estas lluvias el campo se muestra esplendoroso y lleno de vida
Tras bordear el cerro de la Alcubilla dejaremos el Río Bailón a nuestra izquierda y nos alejaremos de él. Seguimos atravesando la Nava al igual que un elevado número de senderistas que aprovechan el estupendo día que hace, incluso más caluroso de lo habitual, por encima de los 30º C
Mis compañeros de ruta están disfrutando del día
Cuando por la derecha se nos une el arroyo de "La Fuenseca", nos desviamos del sendero y seguimos su curso, en busca del paraje conocido como "Las Chorreras", que con estas lluvias nos deparan una agradable sorpresa
No se ve, pero está ahí, tras el árbol. Vemos la cantidad de gente que disfruta de la vista protegiéndose a la sombra
La primera de las chorreras. Para llegar a la segunda hay que avanzar bien por la derecha de la chorrera (trepadita muy fácil por roca y sin apenas peligro) o bien por la derecha por un senderito que hace más rodeo pero sin ninguna dificultad
Fotos en la segunda chorrera
Volvemos al lugar en el que nos desviamos con nuevas vistas hacia la primera y más espectacular de las chorreras
De vuelta a la Nava enfilamos rumbo a Zuheros y al reencuentro con el Río Bailón
En algunos puntos hay paneles explicativos que nos interpretan el terreno, como este de una paleodolina junto al llano de "La Arrebola". Se trata de una antigua dolina, una depresión de fondo circular que se formó cuando las calizas oolíticas emergieron temporalmente del mar y fueron erosionadas. Su antigüedad se estima en unos 145 millones de años
En las cercanías nos sorprenden unos ejemplares de álamo blanco
Y en la bajada hacia el paraje de la Fuenfría, unos perales en flor
Cruce de senderos en la Fuenfría (nosotros seguimos el que indica a la izquierda, hacia Zuheros)
"Fuente de la Fuenfría"
El paisaje cambia cuando bordeamos el "Cerro del Bramadero" por un estrecho sendero entre encinas
Tras un pronunciado descenso en zig-zag volvemos a unirnos con el Río Bailón". En este tramo aparece encajonado en un precioso cañón. Cuando el Bailón desaparece de la superficie, continúa circulando en profundidad, convirtiéndose en un río subterráneo, erosionando grietas y haciéndose más profundo
Seguimos su curso descendente cruzando sus aguas un par de veces
En la margen izquierda del cañón, alto y asomando a un abrigo rocoso, vigila nuestra llegada a Zuheros “El Fraile”, una curiosa estalagmita que ha quedado expuesta tras la erosión de la cueva en la que se formó
De repente el pueblo de Zuheros se muestra tras las paredes del estrecho cañón. Nos encaramamos a la roca para disfrutar del paisaje a vista de pájaro
Una leve subida y alcanzamos un collado
Tras el cual nos espera Zuheros. La bajada es pronunciada pero un sendero en zig-zag acondicionado para que las bestias pudieran acceder a la sierra facilita el caminar
El puente sobre el Río Bailón marca el final de la ruta en un soleado y caluroso día
Por último aprovechamos para visitar el pueblo de Zuheros, sin duda uno de los más bellos de la provincia de Córdoba, con su arquitectura de encalado blanco, su castillo de origen musulmán (siglos XII y XIII) y por supuesto las bellas vistas que desde sus plazas y miradores se obtienen
Perfil de la ruta
La clásica de las subbéticas nunca defrauda. Preciosa en otoño, preciosa en invierno y sobretodo preciosa en primavera
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