Montaña, naturaleza y libertad: Sierra de la Cabrera y Sierra de Pelpitre

Aunque la mayoría de las sierras y montes del Parque Natural de las Sierras Subbéticas de Córdoba las había recorrido, todavía hay algunas que aún no había ascendido a pesar de caminar por sus cercanías. En principio acudimos Pilar, Luis y yo con idea de subir a la sierra de la Cabrera y una vez arriba decidir si seguir hacia la sierra de la Camorra o buscar otra alternativa. Al final, después de caminar por la sierra de la Cabrera decidimos volver al punto de inicio que se encuentra en el Centro de Visitantes de Santa Rita y ascender al punto culminante de la sierra de Pelpitre que se encuentra al otro lado de la carretera

Como hemos comentado el inicio del sendero se encuentra junto al Centro de Visitantes Santa Rita en la carretera que va desde Lucena a Priego unos metros pasado el Puerto del Mojón. Es un sendero señalizado conocido como Dehesa de Vargas-Mirador de La Cabrera

Cuando llegamos a una bifurcación de senderos tomamos el ramal de la derecha que asciende hacia el Mirador de la Cabrera

Caminamos por un bonito bosque en la umbría de la montaña. La vegetación mediterránea es la predominante

A medida que ganamos altura las vistas se amplían. En frente la Sierra de Pelpitre a la que subiremos poco después

Y el Picacho de Cabra con la Ermita de la Virgen de la Sierra en su cima

Llegamos tras una corta, cómoda y gratificante subida al Mirador de la Cabrera, donde disfrutamos de las panorámicas

Y también de un pequeño descanso que aprovechamos para tomar un tentempié

La cumbre de la Sierra de la Cabrera está cercana al mirador y no tiene pérdida, ya que se divisa cercana. El sendero termina en el mismo mirador por lo que habrá que continuar monte a través aunque se observan trazas de senda. En escasos 10-15 minutos alcanzamos el punto culminante (1093 m). Pilar y Luis arriba amenazados por la niebla que se echa sobre la montaña

Llegando arriba con la niebla a mi espaldas cubriendo la parte baja

Para no repetir camino, regresamos por la cara suroeste de la montaña buscando el paso menos dificultoso ya que el matorral es muy espeso y dificulta avanzar con comodidad. Cuando llegamos a una especie de llanete se distingue una traza de senda más clara que seguiremos y que nos llevara al sendero. Cuando topamos con él en vez de retornar al inicio lo seguimos a la derecha para visitar la dolina de Salamanca, perfecto ejemplo de relieve kárstico, pero que debido a la niebla no se observa con claridad

Cuando perdemos algo de altura el sendero se adentra de nuevo en el espesor de este umbrío bosque de la ladera norte de la montaña

Y el verdor y humedad que nos regala no tiene nada que envidiar a otros bosques de otras latitudes más propicias para este tipo de paisajes

Salimos a una llanura donde al fondo de la misma encontramos los restos de una era de trillar

Dentro de la vegetación arbórea dominan las encinas, con ejemplares de alcornoque y quejigos como el de la foto

Salimos del bosque y por camino descendemos hasta el edificio del Centro de Visitantes en cuyo aparcamiento hemos estacionado el vehículo

Sin parar en el coche, cruzamos al otro lado de la carretera para dirigirnos a la base de la Sierra de Pelpitre. Atrochamos por una vaguadilla en la que observamos algunas flores de bella tonalidad

Alcanzamos un ramal de la carretera antigua. Echamos una mirada atrás hacia la Sierra de la Cabrera por donde hace un rato hemos estado caminando

Nos sorprende algún que otro ejemplar de quejigo

Justo cuando pasamos por delante del cortijo de Valdecañas abandonamos el asfalto y tomamos un camino que se encuentra bastante deteriorado (recuerdo pasar por esta zona hace una década yel camino se conservaba bastante bien)

En el inicio del camino encontramos este abrevadero

Cuando el camino pasa junto a la zona rocosa de la montaña lo abandonamos y empezamos a ascender. No existe senda, pero se avanza fácilmente siguiendo todo el rato la zona rocosa evitando en todo momento la vegetación que sale a nuestro paso. Eso sí atacamos de frente la montaña por lo que el desnivel que se salva en poco tiempo es importante (al llegar arriba habremos ascendido de un tirón 450 metros en apenas un kilómetro y medio de distancia)

A medida que ganamos altura se ganan vistas hacia las sierras más altas de la zona

Un pequeño descansillo en una zona donde se atenúa el desnivel, con bonitas vistas de la Sierra de la Cabrera

Y de nuevo el desnivel se acentúa eso sí por zona ya despejada de vegetación

Al fondo se distingue la parte alta de la cuerda

Siempre es de agrado caminar por este terreno calizo y sobre todo por la arista cimera

Luis en la crestilla con la Sierra Horconera donde están la máximas elevaciones de la provincia de Córdoba al fondo

Pilar en el punto culminante de la Sierra de Pelpitre (1173 m)

Foto de cumbre

Para el descenso seguimos la cresta hacia el collado de Navazuelo

Debemos hacerlo con precaución porque el terreno es abrupto, empinado y está resbaladizo

La hiedra se encarama a los troncos como nosotros lo hacemos a las montañas, aunque a fuer de ser sinceros la naturaleza lo hace con mucha más belleza y delicadeza

Llegando al collado

Allí una espléndida encina nos regala su presencia y nos concede el honor de fotografiarnos junto a ella

Para el descenso seguiremos la vereda del Choclaero una de las sendas más bonitas de esta zona que discurre por la vaguada y vallecillo que forma el arroyo del mismo nombre y que va rodeando la cara oeste de la sierra

Aquí caminamos y admiramos imponentes troncos y ejemplares de encinas

Y quejigos. Es un camino precioso y que nos hace disfrutar

Unos tronquitos de buena leña para la chimenea de Luis

Que gusto caminar por aquí. La senda atraviesa bonitos paisajes

Hasta que damos con una valla que ha hecho desaparecer la vereda (esta continúa perdida junto a la valla hasta que da con os restos de una cantera donde se convierte en el carril que nos llevaría de nuevo al cortijo de Valdecañas) Nosotros no encontramos la traza y como vamos mal de tiempo ya que debemos regresar a Córdoba a media tarde, decidimos saltar la valla y atravesar el olivar para atrochar

Llegamos así de nuevo al ramal de la antigua carretera que nos conduce a la nacional y por el arcén de esta llegar al aparcamiento, admirando en este tramo la Sierra de Pelpitre de donde venimos